Terreno Museo Roberto Mouras





El Museo Roberto Jose Mouras adquirio un terreno en el acceso Rodolfo Spil y Ruta Nac Nro 5.-

Carabana de seguidores de Roberto en Carlos Casares

El 16 de Febrero se conmemora el 61 aniversario de su nacimiento.

En conmemoración de este aniversario el Museo Roberto Mouras realizo una muestra Fotográfica de Armando Contreras y la presentación del libro "El Gaucho".

También se contó con la participación de agrupaciones de Chevrolet, como El Club de Amigos de Chevrolet Argentina


NO HABRÁ NINGUNO IGUAL

Homenaje a Mouras | 19/11/2007

A 15 años de la muerte de Roberto Mouras, rivales, amigos y preparadores cuentan historias que lo pintan de cuerpo entero.

La imagen victoriosa del gran Toro.


Roberto José Mouras es uno de los ídolos más grandes del automovilismo argentino. Sí, lo sigue siendo ya que sigue presente en la mente y por sobre todas las cosas, en el corazón de los amantes de los fierros.

Jorge Pedersoli y Omar Wilke, lo recuerdan como un hijo y amigo. Oscar Castellano, Jhonny De Benedictis, Oscar y Antonio Aventin, destacan su camaradería e hidalguía sabrada de campeón. Ellos, y otros nueve allegados brindan su concepto del Príncipe de de Carlos Casares y cuentan anécdotas imperdibles de quien supo ganar tres títulos del TC en la década del ‘80.

Sentido homenaje de La Única a un auténtico peso pesado del mundo tuerca. El detalle, en un informe especial.

QUE ESTÁS EN LOS CIELOS



Por Gastón Mastrolía





-Voy a guardar el bolso en el baúl, Roberto.
-No lo abras, no lo abras que está lleno.
-¿Y esto? ¿Qué hacés con tantas zapatillas? ¿Vas a poner un local?
-Callate, callate. Cerrá y no digas nada.

El hogar “Mi Casa Grande” es un centro para chicos de la calle ubicado en la localidad bonaerense de Carlos Casares. Hacia allí iban las zapatillas, los alimentos o los juguetes que Roberto Mouras compraba en Buenos Aires. Casi siempre lo hacía solo. No quería que nadie se enterara ni que su idolatría se acrecentara por ese tipo de actitudes. Hoy, a 15 años de su muerte, el Toro no podría creer que hay pilotos o jefes de prensa de estos que llaman a las redacciones para avisar que van a ir a un hospital a llevar regalos. La trascendencia del gesto está asegurada porque, en caso de que el medio no la cubra, rápidamente llegan fotos de los corredores realizando la obra de bien. Las camisas y gorros de sus sponsors son infaltables en esta clase de eventos. No está mal. Los tiempos cambiaron. Tal vez él habría tenido que adecuarse a la nueva modalidad.

Los ídolos como Mouras parecen no estar a la moda. Hoy pasaría casi inadvertido con su perfil bajo, su desapego por la polémica y su vida privada tan… privada. Los medios y las empresas ahora necesitan personajes con mayor exposición, con declaraciones irónicas, con opiniones jugadas sobre todos los temas y, si es posible, con talento. A él le sobraba esto último. Por algo ganó 50 finales de las 259 que corrió (casi una cada cinco). Pero difícilmente se adaptaría a estas nuevas reglas del marketing. Difícilmente habría aceptado los homenajes que se le hicieron desde que murió. Todos los años, en el lugar donde su Chevrolet azul y blanco pegó contra el talud, se reúnen cientos de hinchas. También lo hacen en la puerta de su casa de Carlos Casares. Encienden los motores de autos particulares, aceleran, aceleran, aceleran y se van. En distintos puntos de la provincia de Buenos Aires hay monolitos y monumentos de Mouras y su auto. Y en cada carreras de TC hay una o más banderas con su rostro. Él sigue de moda.

Para este año le rindieron un homenaje que no estuvo pensado como homenaje. Pero es lo más parecido a lo que él hubiera hecho si estuviera vivo. Sebastián Benítez es un niño que vive en “Mi Casa Grande” y que necesita una operación en una de sus piernitas. La madre de Roberto Mouras donó una campera y un chaleco de competición para ser subastados el 22 de noviembre, día que se conmemora la muerte del piloto más venerado. En la página del museo (museomouras.blogspot.com) se encuentra la información para participar. Los 2.600 pesos que hacen falta van a aparecer. No importa quién los ponga. O sí importa, pero es lo de menos. Así pensaría Roberto.

El tiempo descubrió quién era Mouras. Aunque él intentó vender una imagen cambiada. Tuvo que morirse para que aparecieran padres de distintos lugares a contar que el piloto les pagó operaciones que salvaron a sus hijos a cambio de que no dijeran nada. O para que sus preparadores y amigos contaran diálogos como el que abre esta nota. Atención: hoy continúa habiendo pilotos y deportistas que hacen lo mismo que Roberto. Y nadie se entera. Son los que lo hacen de corazón. Son los que merecen ser ídolos.

Subasta " Campera de Roberto Mouras "

Esta campera de competición perteneció a Roberto José "toro" Mouras. Gracias a la gentil colaboración de su señora madre nos fue entregada para subastarla con un propósito benéfico, ayudar a conseguir el dinero para la operación de una piernita de un niño que vive en la institución “Mi Casa Grande” de la ciudad de Carlos Casares.



Sabemos que si Roberto estuviera vivo, y siendo padrino de dicha institución, nunca se hubiese tenido que llegar a pedir colaboración a otras personas.

Pero lo que necesita Sebastián Benítez, es un clavo para la operación de su piernita, que vale aprox. $2600-

Por eso Roberto desde el cielo los sigue ayudando, y nos mando una Campera Alpine Skate de Competición (mangas desmontables) y un chaleco para que sus fanáticos puedan tener un recuerdo suyo y a la ves colaboren por él, a la institución que tanto ayudo durante su vida.

La subasta va a comenzar en una base de $200- para la campera y $150- para el chaleco.

Si queres participar manda tus datos (Nombre y Apellido, documento, dirección, teléfono, y cuanto ofreces, al mail melocompro@hotmail.com o al teléfono 02395-451919. Que nosotros vamos a ir cargando los valores de la subasta en Internet, solo revelaremos tu nombre y el valor que ofreces, el resto de los datos son solo para comprobar que sea real el ofrecimiento.

Mas adelante iremos agregando fotos de Sebastián, de Roberto, y te contaremos donde, cuando y quien entregara la campera al máximo postor.

Ahora a apostar, muchas gracias





ESTE ES SEBASTIAN BENITEZ EN EL SALON DE JUEGOS DEL "HOGAR MI CASA GRANDE"

Ingresa aqui

EL TORO, EL SIETE DE ORO, EL TRIUNFO A CORONACION


(05/09/2007 11:29:39 - PV)
Roberto Mouras siempre creyó que la carrera de su vida había sido el Gran Premio del Llano, una carrera de TC corrida en setiembre de 1976 –hace de esto 31 años- que gozó de una resolución épica: el Toro de Carlos Casares había perdido la primera etapa por casi dos minutos, y terminó ganando la carrera por una ventaja similar, descontándole la diferencia al poderoso equipo Ford oficial. Por supuesto, casi la pierde, a causa de una auténtica chiquilinada...
Nadie imaginaba que, a esa altura del año, una masa de aire polar coparía el cielo del sur de Córdoba. En el asfalto, Jorge Cupeiro pulverizaba los cronómetros marcando 241,487 km/h para el primer parcial, a 22 kilómetros de la largada en Laboulaye.
Pero la lluvia transformó la tierra en barro, y el frío cambió el agua por nieve. El Dodge de Cupeiro duró lo que una junta soplada y Chevrolet festeja (¡como ahora!) un sorpresivo 1-2 con Carlos Marincovich y Mouras, cuando el piloto de Arrecifes sufre problemas con un semieje antes de llegar a Jovita y se ve obligado a abandonar.
Así que Mouras queda al comando de la primera etapa, aquel sábado 4, pero una cubierta se pincha en el barro...
El Chevrolet (conocido como el “7 de Oro”) se encaja y el cambio del neumático demora cerca de cuatro minutos: para colmo, la goma de repuesto era lisa, y provocaba el deslizamiento o la llana patinada en el barro o el asfalto mojado.
A Laboulaye, Mouras retorna cuarto, a dos minutos y monedas de Traverso (que completa los 560 kilómetros de la primera etapa en exactamente 2 horas y 46 segundos, a 202,511 km/h), con Gradassi y Caíto Iglesias (todo el equipo oficial Ford capitaneado por José Miguel Herceg) completando el podio parcial.
Por la tarde, Mouras y su acompañante, Jorge Pedersoli, van a recorrer un tramo de la segunda etapa, prevista para el domingo, cuyo recorrido se había alterado. (Traverso no lo hará: se la explicará Gradassi más tarde).
Mientras recorren el tramo novedoso, el frío provoca una nevada repentina. Mouras y Pedersoli detienen el auto antes de una curva y se entretienen un rato jugando con la nieve... Al rato continúan. Al llegar a Laboulaye, deciden bajar la suspensión y acortar la suspensión del Chevrolet, para jugarse a todo o nada en la etapa final.
El domingo 5 de setiembre de 1976, el Toro se juega la vida. A causa del frío, los carburadores se congelan. “Los nuestros no –bromeaba Herceg- porque tenían calefacción y baño privado...”. Pedersoli bombea más nafta con una bomba auxiliar mientras va cantando las curvas.
Hasta que llegan a una para la cual no tiene la más mínima anotación. Mouras espera el santo, pero no llega. El Chevrolet termina contra el alambrado.
“Era la misma curva en la que, un día antes, habíamos parado a jugar con la nieve –acepta hoy Pedersoli- Tan entusiasmado estaba con la novedad, que me olvidé de anotarla en la hoja de ruta... Roberto me perdió la confianza y dejó de hacerme caso”.
Habrían perdido la carrera de no haber sido por la garra con que el piloto de Carlos Casares se entregó al camino, y por la “comodidad” de Traverso, que al llegar a la curva, que no había visto el día anterior, dijo:
-Oia... la pintaron de blanco.
Cuando se dio cuenta que no era producto del esfuerzo del municipio sino, simplemente, nieve, estaba fuera del camino.
Mouras arriba a Laboulaye con un neto de 2h37m04s5.
Gradassi emplea 2h41m23s2. Diferencia: 4 minutos 19 segundos.
Traverso tarda 2h43m31s. Diferencia: 6 minutos, 25 segundos.
“Cuando llegamos al parque cerrado, nadie sabía quién había ganado –remata Pedersoli- Entonces le preguntamos a Gradassi”.
-Me parece que la ganaron ustedes.
La suma de tiempos indicaba:
1º Roberto Mouras (Chevrolet) 5h27m18s
2º Juan María Traverso (Ford) a 2m13s
3º Héctor Luis Gradassi (Ford), a 12m12s
4º Ricardo Iglesias (Ford), a 12m53s
5º Eduardo Sáenz (Ford), a 19m59s
6º Enrique Bravi (Ford), a 28m09s
(“Ese fue el único Gran Premio que perdimos como equipo” subraya hoy José Miguel Herceg).

Pablo Vignone

Fuente www.carburando.com